EL CAMINO DEL AUTOCONOCIMIENTO - parte 3

Hemos estado hablando sobre eso que no nos gusta ver. Eso que nos aprieta el zapato, lo que nos lleva a que se nos repitan una y otra vez situaciones que no deseamos.

Hemos visto que podemos enjuiciar a los otros, o a las situaciones, a Dios mismo, o a la vida que a veces parece injusta con nosotros. Podemos quedarnos con eso, y puede haber verdades allá afuera. Pero podemos también aprovechar la ocasión para mirar qué hay de mí allí. Y conocernos más.

El Dr. Claudio Naranjo nos dice que quien anda muy complacido es que aún no ha descendido lo suficiente al propio infierno, a ver lo feo, lo desagradable, nuestro egoísmo, cobardía o deseos de revancha. Lo creo a raja tabla, y he hecho de ello un camino de vida. Créanme, que he bajado al infierno de mí misma. No sé si llegué al fondo, pero por empeño no me he quedado.

Sin embargo, algunos podemos caer en la auto persecución, y volvernos los peores jueces de nosotros mismos. Y eso también es parte de nuestra propia sombra, ya que en lo luminoso no hay juicio. Y he descubierto en mi propio proceso de desarrollo, la importancia de vernos también en lo extraordinario.

Somos mucho más luz que sombra. Nuestras estructuras de condicionamiento son como el dedo que tapa el sol. Y a veces hace falta aguzar los sentidos y percibir eso que brilla atrás, nos dará las fuerzas para ir adelante, nos dará alimento para el corazón y la mente, reconocer nuestros valores, el oro detrás del óxido.

Ojalá pudieras cerrar los ojos, respirar profundo y preguntarte… ¿Cómo eras en tu infancia? ¿Cuáles eran tus impulsos? ¿Qué era lo que más te gustaba hacer? ¿Cómo eras cuando te sentías pleno y feliz? Y ahora, ¿Cómo eres cuando no estás en estrés, cuando no estás en el “deber ser”?

Comencé a responderme algunas de esas preguntas y a descubrir, por ejemplo, que era una exploradora, llena de preguntas y mi impulso era buscar respuestas. Criada como atea, a mis seis años fui a visitar distintas iglesias, quería ver, saber, oír, sentir…Hoy me sirve ver eso para saber mejor quién soy y qué tengo para ofrecer al mundo. Y en tu caso, ¿Cuáles son tus mandatos naturales?

El ser humano nace lleno de impulsos y dones propios y se van expresando a medida que crece al mismo tiempo que se va cristalizando su estructura de condicionamientos. Pero si eres abierto, amplías tu mirada, observas quién eras a los 3, 5, 7 años y aún más, cuando aún no cristalizaba por completo tu carácter, encontrarás información sobre quién de verdad eres detrás de la máscara. Esa que creamos para sobrevivir y adaptarnos al medio que nos contenía.

Haz el ejercicio, descubre, y quiero contarte que eso que verás, esas cualidades e impulsos naturales, siguen estando allí, ¡nunca se han ido! De verdad que puedes creerme… ¿Cómo serías hoy si te permitieras vivir y expresar esos impulsos y cualidades? ¿Qué estarías haciendo? ¿Hacia dónde querrías ir?

Espero que lo hayan disfrutado,

☝ Imparto talleres grupales y coaching ejecutivo para organizaciones. En forma particular, atiendo en Metro Los Leones. Entrevista previa gratuita. 📞 +569 95090774.